En nuestra clínica de Barcelona recibimos con frecuencia casos extremos, donde los dientes presentan una movilidad avanzada, las encías están muy afectadas y la pérdida de hueso es tan severa que parece que ya no hay solución viable. Uno de estos casos fue el de un paciente de 49 años que acudió a consulta con una afectación severa en ambos maxilares.
Todos los dientes mostraban una movilidad significativa, acompañada de una gran destrucción ósea y caries múltiples.
Al analizar su situación clínica, observamos una reabsorción severa del hueso mandibular y un maxilar superior con muy poco hueso disponible. Lo más crítico era que los senos maxilares estaban extremadamente neumáticos, lo que significa que habían crecido tanto que habían dejado casi sin hueso la zona donde normalmente se colocarían los implantes.
En estas circunstancias, muchas personas piensan que no hay vuelta atrás. Pero lo cierto es que la implantología moderna, combinada con técnicas de regeneración ósea avanzada, permite ofrecer soluciones incluso en los casos más complejos.
Cuando nos enfrentamos a un caso donde prácticamente todos los dientes tienen movilidad avanzada y están afectados por caries, lo primero que evaluamos es si alguno de ellos puede salvarse. Sin embargo, en este caso no había ningún diente superior viable. La movilidad era generalizada y el pronóstico era muy desfavorable.
Ante esta situación, se planteó la opción más predecible y duradera: una rehabilitación completa sobre implantes. Inicialmente, el paciente solo quería tratar la arcada superior, así que decidimos centrarnos en resolver de forma definitiva ese sector.
La opción de intentar mantener piezas dentales con un pronóstico pobre solo alarga el sufrimiento, incrementa la inversión a largo plazo y no asegura funcionalidad ni estética. En cambio, optar por una solución integral permite empezar desde cero, con una base sólida, estética impecable y funcionalidad completa.
Una de las claves del éxito en casos complejos como este es la planificación. Realizamos un estudio completo con radiografías panorámicas y TAC 3D para evaluar el volumen óseo disponible y la anatomía de los senos maxilares. La imagen mostraba de forma clara una pérdida total de hueso en el sector posterior del maxilar superior.
Dado que no había suficiente hueso para colocar implantes en la posición ideal, planteamos un abordaje quirúrgico en fases:
Este tipo de tratamiento permite devolver la función y la estética desde el primer momento, gracias a la técnica de carga inmediata, que consiste en colocar dientes provisionales fijos el mismo día de la cirugía.
La técnica de injerto de seno maxilar (o elevación de seno) es uno de los procedimientos más comunes cuando el hueso en la parte posterior del maxilar superior no es suficiente para soportar implantes. En este caso, el reto era doble porque ambos senos estaban extremadamente neumatizados.
Realizamos injertos óseos bilaterales, utilizando una mezcla de hueso autólogo y biomateriales, para asegurar un soporte adecuado y lograr una regeneración completa del volumen óseo. Este procedimiento requiere una planificación milimétrica y una ejecución precisa, pero los resultados valen completamente la pena.
Durante los siguientes tres meses, el injerto fue integrándose con el hueso del paciente. Este tiempo de espera es crucial para permitir que la regeneración ósea sea estable y segura antes de colocar los implantes.
Una vez finalizado el tiempo de integración del injerto, se programó la siguiente fase: extracción de los dientes superiores restantes y colocación inmediata de seis implantes en el maxilar superior.
Este tipo de procedimiento se conoce como cirugía guiada con carga inmediata. Es decir, el mismo día que se colocan los implantes, se instalan también dientes provisionales atornillados. Esto no solo mejora la estética desde el primer momento, sino que permite al paciente recuperar su capacidad de masticación y hablar con total normalidad.
En este caso, los implantes se colocaron con una distribución estratégica para maximizar el soporte y permitir una prótesis fija sobre ellos. La gran ventaja de este tipo de soluciones es que evitan el uso de dentaduras removibles, que pueden resultar incómodas y poco estéticas.
Tres meses después de la cirugía, cuando los implantes ya estaban completamente osteointegrados, pasamos a la fase final del tratamiento: la colocación de una prótesis definitiva de cerámica atornillada.
Esta prótesis combina lo mejor de la estética y la funcionalidad. La cerámica proporciona una apariencia natural, con translucidez y brillo similares a los dientes reales, mientras que el atornillado asegura estabilidad total sin necesidad de adhesivos ni estructuras removibles.
El resultado es una arcada superior fija, funcional, estética y con una durabilidad excelente. Este tipo de rehabilitación permite comer con total normalidad, hablar con seguridad y, lo más importante, sonreír sin complejos.
Para que tengas una visión clara del proceso completo, esta fue la cronología seguida en este caso:
Cada fase fue ejecutada respetando los tiempos de cicatrización y regeneración, lo que permitió obtener un resultado funcional, estético y duradero.
El impacto de este tipo de tratamiento no se limita a la salud bucal. También tiene una influencia directa en la autoestima, la vida social y la calidad de vida general del paciente.
El paciente pasó de tener una dentición deteriorada, con movilidad y dolor constante, a tener una sonrisa estable, estética y completamente funcional. Ya no había miedo al comer, ni complejos al hablar o sonreír.
Este tipo de rehabilitaciones integrales sobre implantes no solo son un tratamiento dental: son una transformación completa que devuelve calidad de vida.
Muchas personas creen que no pueden colocarse implantes porque “no tienen hueso suficiente”. Este caso demuestra lo contrario: con técnicas avanzadas de injerto óseo, cirugía guiada y carga inmediata, es posible rehabilitar por completo una boca con pérdida ósea severa.
Además, todo el procedimiento fue realizado en condiciones controladas, con anestesia local y sedación consciente, lo que garantiza comodidad y seguridad para el paciente durante todas las fases del tratamiento.
Si te sientes identificado con esta situación, lo mejor que puedes hacer es acudir a una valoración personalizada. Existen soluciones para casi todos los casos, incluso los que parecen más complejos.
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento completo?
Aproximadamente 6 a 7 meses desde el inicio hasta la colocación de la prótesis definitiva.
¿Se puede evitar usar dentadura postiza durante el proceso?
Sí, gracias a la carga inmediata, el paciente lleva dientes fijos desde el primer día de la cirugía de implantes.
¿Es doloroso el procedimiento?
No. Se realiza bajo anestesia local y, si el paciente lo desea, también con sedación consciente. Las molestias postoperatorias son mínimas y se controlan con medicación.
¿Qué pasa si no tengo suficiente hueso?
Se pueden realizar injertos óseos, como en este caso, o utilizar otras técnicas como implantes cigomáticos. Cada caso se evalúa de forma personalizada.
¿Cuánto duran los implantes y la prótesis?
Con buen mantenimiento y revisiones periódicas, pueden durar muchas décadas. La cerámica usada es altamente resistente y estética.
¿Quieres recuperar tu sonrisa y dejar atrás las molestias y la inseguridad? En nuestra clínica estamos preparados para ayudarte, incluso en los casos más difíciles. Agenda tu valoración y déjanos mostrarte todo lo que la odontología moderna puede hacer por ti.
